Partíamos de un dormitorio donde predominaba mobiliario de madera de cerezo, volúmenes pesados, recorridos estrechos y colores que restaban luminosidad a la estancia.
Objetivo a conseguir: luminosidad, funcionalidad en recorridos, equilibrio en proporciones, minimalismo en líneas depuradas de mobiliario pero ofreciendo carácter a la estancia, de ahí las molduras decorativas que marcan ritmo y simetría cual fachada renacentista trasladada al s. XXI.
Paleta de color: predomina el blanco, texturas agradables como terciopelo, lino, .. detalles en dorado, rosa pastel, beige.. una paleta que destaca por su feminidad, elegancia y delicadeza.
Añadimos una pieza especial como es la cómoda de espejo envejecido donde también aparecen detalles en dorado. Su volumen está disimulado por el material en el que está realizado.
Hacemos hogares felices, hogares que cuentan tu historia.